31/12/09

sueño XIX

Tenía que ir a la ginecóloga, y eso siempre me perturba un poco porque pienso que la pobre ginecóloga se debe enfrentar día tras día a vaginas y yo no quiero que sufra con la mía. Entonces me depilo solo para ella, me baño a conciencia, pienso mucho en ropa fácil de sacar, de poner y que no me haga sudar. Con mucha meditación elijo una bombacha que sea juvenil, pulcra, seria, que no se meta por donde no debe, etcetcetc.
Cuestión que la mañana de la consulta, soñé que me despertaba, me bañaba, me vestía y me iba en taxi a la ginecóloga. Pero como yo no estaba segura de la dirección y mi idea era que llegaba a ojo, me bajo del taxi y empiezo a caminar. Sé que le estoy pifiando al camino, pero me mando igual por una callecita que, cuando termina, me encuentro en un risco que da al mar. Estoy en Mar del Plata, la estatua de Alfonsina aparece de reojo. También aparece Susana Gimenez, que no es Susana Gimenez, nada que ver. Es una señora menudita en sus 40 con pelo negro y pajoso (no la ubico en la vida real), pero yo sé que es Susana Gimenez. Lo que sí, tiene la sonrisa de Susana Gimenez, como muy amplia y plástica.
Bueno, no recuerdo qué hizo Susana con mi sueño, creo que me la cruzaba, hablábamos de algo y yo seguía mi rumbo. Retomo: estoy en el risco y digo "mierda, me equivoqué de camino, voy a perder el turno" cuando descubro otro taxi, que mejor sería llamarlo ascensor, pero tenía chofer y era como un taxi, pero justamente lo que hace es llevar a la gente para el fondo y la cima del risco. Me lo tomo porque estoy justítisima de tiempo, temo sudar, cosas así. Alguien más viene conmigo en el taxi, pero no recuerdo quién. El taxista, ya no peca de facho, sino de vil. Dice cosas que son tan políticamente incorrectas que termino a las puteadas. Cuando llego a "la planta baja" le tiro un "¡Puto!" y salgo corriendo. El tachero sale del ascensortaxi y me sigue discutiendo a distancia, tiene la cara cada vez más diabólica, ya rozando al malo de Terminator 2 que siempre me dio mucho miedo.

Cuestión, me despierto, y me encuentro aún en la cama, sin bañar y debiendo correr hacia la ginecóloga. Puteo en todos los idiomas y espero por su bien que hoy no me haga el pap.


Jo

19/10/09

sueño XVIII

Estoy cantando con cuatro personas (que van cambiando cada vez que las miro), sentados en un sillón, una versión rockera de Inconciente Colectivo; yo canto mal, tímido, se entrecortan las notas, quiero y no puedo cantar. Me miran mal, “arruinaste la grabación”, pienso que piensan de mí. Luego miro a la ventana, estoy en el departamento de unos tíos. Hay bandadas de pájaros, alguien les tira fuegos artificiales y cada uno de ellos muere o desaparece con cada estrellita que se abre.



Luego estoy en la calle y una chica (que conocí hace mucho tiempo en la realidad) se retuerce en el piso, la gente la rodea, creo que es epilepsia pero dice “me voy a morir, me voy a morir”. “Lo que tenés es un ataque de pánico, tenés la sensación de que te vas a morir, pero no va a pasar” , le digo, trato de calmarla, pero no lo logro, empieza a soltar espuma espesa, la pierna izquierda se le achica. Sé que va a ser peligrosa, que algo se está gestando ahí. Al instante estamos otra vez en el departamento, voy por un pasillo hasta la habitación donde ella estaba recostada, hay otra persona que la cuida adentro. Cuando casi llego al umbral veo cómo ella pasa y con una capucha puesta, acuchilla al otro/a. Hay fuego. Un compañero del Joaquín aparece y me dice “esto es una manifestación onírica de un mensaje satánico”. (Sé que sueño pero no puedo parar). Yo, el primero en enterarme de que la chica empezó a matar gente, corro y grito “¡guarda, guarda!”, hay muchísimos en el living, era una fiesta con globos; todos gritan detrás de mí. Voy a abrir una puerta (ahora es de la casa de mi abuela) para escapar, aunque sé que hay algo terrible del otro lado. Antes de llegar a la manija un chico, no sé quién, me sube una capucha igual a la de la asesina. Voy a abrir la puerta, y justo ahí, sonó el (¿afortunado?) despertador a las 9 en punto.


Nicolás

2/10/09

sueños varios IV

La llegada inminente de la ola
la espero en malla
y, en su violencia, juego.

*

Aceptame este puchero
algo sucio de amor.
El sugus me lo como yo.

Ro-

sueños varios III

Miraba a mi madre
buscar a la suya
hundida en el lodo.
*
Soñé con las fotos de aquel viaje
que nunca realicé
pero todos recordaban.
*
Danzando en la terraza
soy testigo de una tragedia
y cómplice por soñarla.


CE*

sueños varios II

Por la calle va
el ladrón de bicicletas
y de mi mueca rota
*
Presagian el fin del mundo
verde, aunado, fugaz.
Una hoja bajo la red.
*
La niña que fui
corre blanca, y en su vestido,
sangre salpicada.

ZAZA

sueños varios I

Épico corcel,
niebla entre los cascos.
Fácil ser héroe.
*
Apocalipsis
de mar enfurecido.
Ciudades muertas.
*
Fugas eternas
de alas acuáticas.
Hoy no moriré.
*
Dragón de cristal
envuelto en sombras.
Esperándome.


ROMINA

30/7/09

sueño XVII

Ayer soñé que mi amigo Lea estaba en silla de ruedas. Pero ¡la re movía! Estaba hecho un Michetti superpoderoso.
Lo bueno, es que después nos metíamos en un mar re amplio y verde con olas ultragigantes y Lea barrenaba de lo más bien.
Así que supongo que sus piernas se le "habían curado" (?)... Aunque quizás había desarrollado cualidades para nadar sin piernas, dijo él cuando le conté mi sueño.

Tiendo a ser positiva y pensar que Lea había vuelto a ser un ser bípedo. Como a veces suele suceder en los sueños. No la "bipedad" en sí, si no la contradicción.

No sé. Igual, me desperté y fue un toque tétrico. Lea, keep walking!




Zaza.

27/7/09

sueño XVI

A mi edad ya no sueño al dormir… o sueño de otra forma, despierta…


El nombre del arco (biós) es vida (bíos), pero su obra es muerte.

Heráclito, Fragmento 48 [Heráclito fue quizá uno de los primeros que reconoció que una palabra o un texto podía tener más de un significado. Kennedy, G.A. (ed.) The Cambridge History of Literary Criticism. Vol 1. New York, 1997]



El árbol es a cada instante una cosa nueva: afirmamos la forma porque no aprehendemos la sutileza de un movimiento absoluto (Nietzsche). El texto sería también ese árbol cuya nominación (provisoria) debemos a la grosería de nuestros órganos. Seríamos científicos por falta de sutileza.

Barthes, R. El placer del texto, México, 1978



Hoy día me imagino a mí mismo un poco como el Griego antiguo tal como Hegel lo describe: el Griego interrogaba, dice, con pasión, sin pausa, el susurro de las hojas, de las fuentes, del viento, en definitiva, el estremecimiento de la Naturaleza, para percibir en ellos el plan de una inteligencia. Y en cuanto a mí, es el estremecimiento del sentido lo que interrogo al escuchar el susurro del lenguaje, de ese lenguaje que es para mí, hombre moderno, mi Naturaleza.

Barthes, R. El susurro del lenguaje. Barcelona, 1987


El cauce, reseco, medio lleno de hojas.
Nosotros, escuchando un río entre los árboles
.

Heaney, S. Campo abierto. Madrid, 2005






Ma.Eugenia

19/7/09

Creperie Finistere

Hoy el Frances de la creperíe me dijo
/lo que ya sabía
Lo que venia desarrollando y charlando en todos mis lados
Las cortinas que mamà lavo hoy
/ya contenían lo distraído
Ese respeto no existió nunca
A la cerámica esmaltada del pasillo
/no como la opaca del comedor
Por debajo de las cortinas
Todos ellos con sus nombres y sus arrugas
Todo combinaba con lo que se dijo
La verdad es así dsp de tomar tantos subtes
Queda cruel
Barata
Pero sinceramente cruel
La palabra “trillada” encaja perfecto
Si los sentimientos no son más que lugares comunes
Y como se suicidan los poetas la definición
Alcanzable en la respuesta
En lo inconfundible
Voy a bañarme
Aunque saque la mugre
A orquesta todo continúa siendo existencia






Una y otra vez existen los enunciados.

Paloma Gris

11/7/09

sueño XV

Anteanoche soñé algo largo, lleno de peripecias, pero lo voy a resumir:
Moria Casán manejaba un colectivo, y yo era un pasajero. Se armaba un quilombo, y terminábamos todos en una comisaría. Me escapé de ahí, y al salir encuentro una cuadra cerrada porque hay un gordo con un rifle en un techo disparándole a cualquiera. Policías, bomberos, y vecinos son parte del escenario, colaborando para bajarlo al gordo.
Me refugio detrás de un puesto de diarios, al que el gordo comienza a disparar. Aparece un niño de unos 8 años con un rifle de aire comprimido, y se sube al techo del puesto de diarios. Escucho un tiro, y veo como cae primero el rifle, y luego el niño muerto.
Después no me acuerdo mucho que pasa.



Ale Cohen

10/7/09

sueño XIV

Salgo de una fiesta y apenas llego a la calle me encuentro con unos flacos que en la realidad conocí en el norte (no los vi más). Me invitan a fumar en una esquina y voy, pero al toque cae la yuta y nos agarran a todos. Mientras los cobanis comienzan una rueda de preguntas para varios de los chicos yo me escapo corriendo. No miro hacia atrás, pero sé que me siguen. Sin darme cuenta se hace día y eso lógicamente me hace sentir más expuesto. Llego a una esquina y aparece mi ex con un cochecito de bebé (pero no llego a ver si realmente hay un bebito en él). mientras empieza a hablarme trato de interrumpirla varias veces para decirle que estoy pseudo prófugo y que nos ocultemos un poco pero ella sigue la cháchara. Pasa poco tiempo hasta que reanuda el paso con el coche y mientras lo hace ambos reducen su tamaño como si hubieran tomado chiquitolina y se meten en una alcantarilla. Miro un poco a través de los barrotes a ver si la veo pero no está y recuerdo que me siguen así que le meto caminata hacia mi casa. Cuando llego no es mi casa sino un enooooorme parque de diversiones acuático. Entre las largas colas de gente que espera entrar a diversos y hermosos juegos aparece mi hno, que me explica que mi vieja decidió comprar un parque temático y blablabla. En eso veo a un yuta entre las filas y automáticamente me tiro por uno de los tantos tubos acuáticos que había en el lugar, escapando. Me despierto y se me hace evidente que una de las constantes de ese sueño era que nunca me iban a agarrar, o que si lo hacían yo escaparía de nuevo.


Fedex

3/7/09

sueño XIII

Estoy en el patio de la casa de mi infancia con mis hermanas. Aunque tenemos la edad actual, jugamos a la mancha como niñas. Papá y mamá habían salido, así que yo estaba a cargo, por eso no terminaba de disfrutar del juego: velaba porque las más chicas no se caigan ni se lastimaran. En eso escucho fuertes ruidos: cerca hay un tiroteo y grito a mis hermanas que corran a la casa. Cuando entro a la cocina noto que mucha sangre brotaba de mi espalda, una bala me había alcanzado. Me recuesto en el suelo y pido a mis hermanas que llamen a una ambulancia. Ellas se miran extrañadas y me dicen que sí, que ya van a llamarla, pero no la llaman, solo miran por la ventana esperando que lleguen nuestros padres. Yo trato de mantener la calma, pero ante la inactividad de mis hermanas, insisto: pido que busquen un vecino con auto que me pueda llevar al hospital …Nada…En ese momento me percato de que no sentía ningún dolor, entonces veo la hora y recuerdo que cerca de casa había una cita para salir en micro hacia una manifestación. Decido ir: seguro algún conocido me va a socorrer, pienso. Cuando llego veo muchas caras conocidas pero nadie se me acerca, todos parecen evitarme y eso me avergüenza. Entonces me pongo a repartir panfletos, tratando de disimular mi herida apoyándome contra la pared. El micro está a punto de salir. Se me acerca mi profesora de Filosofía de la Historia comiendo tostaditas light y yo le pregunto si ella también va a ir a la marcha pero en realidad le quería preguntar por qué nadie me ayudaba y ella sentencia: Andrea, vos ya entraste al sueño de los objetos ¿no te diste cuenta?


Andrea

1/7/09

sueño XII

Anoche tuve una muy larga pesadilla.
Soñé que alguien me despertaba de mi mismo sueño para informarme sobre la muerte de mi querido amigo Pato. Me puse a llorar y me preguntaba, desesperado, como podía ser que muriera.
No terminaba de creerlo. Me levanté de la cama, para descubrir que estaba en una casa desconocida. Un departamento en un piso muy alto. Me encontré allí con uno o dos conocidos, a los que les pregunté si es cierto que Pato murió. Me responden que sí, pero sin demostrar ningún tipo de pasión. Intenté hacer una campaña de mensajes de texto a todos mis amigos para asegurarme aún más, pero no tenía batería en el celular.
Decidí huir de ese extraño lugar, pero era muy dificil llegar a la entrada del edificio: tuve que sortear frágiles y destartaladas pasarelas colgantes en el vacío, que me provocaron mucho vértigo.
Al salir del lugar, me encontré en un páramo, rodeado de rutas y autopistas. Logré tomarme el 114, en el que tuve varias dificultades que ahora no recuerdo.
De alguna manera llegué a la casa de mi amigo Pato, donde me encontré con otro amigo, Oso.
Muy tranquilo, Oso me contó como fue la muerte de Pato, de la que fue testigo: murió mientras leía mails, a altas horas de la madrugada. Me contó que una novia con la que se estaba peleando deambulaba por el lugar, discutiendo en intervalos de media hora, mientras él estaba en la computadora. En un momento advirtió que se estaba quedando ciego, para luego morir.
Muy angustiante.
Al despertar, le mandé un mensaje por celular a Pato para que me confirme si estaba vivo. Está vivo. Le conté brevemente de la pesadilla, y lo tranquilicé recordándole que soñar con la muerte de alguien alarga la vida del difunto onírico.
Como tal vez eso no le interese demasiado a Pato, le di la opción de que se alargue su vida o su pija.


Ale Cohen.

26/6/09

sueño XI

Una vieja en una estación me corre, me toma del brazo justo cuando estoy a punto de subir al tren y me dice gravemente: Hay dos tipos de personas. Unas son las que huyen y las otras, las que huyen de huir...

Andrea

24/6/09

sueño X

Estábamos yo, Matias, y Eva Rules en una especie de Country, todo muy glamoroso y pintoresco, como si se celebrara algo. Habia gente muy elegante, se notaba que era una fiesta de mucho dinero (y a todo esto, nosotros estabamos vestidos como todos los dias). El lugar, si bien era un country, era muy raro ya que no se veian casas vecinas. Era como un campo gigante con varios gazebos parecidos a los que aparecen en la plaza de "Los Simpsons", y en cada una habian distintas cosas. Con Eva entramos en uno donde habia una mesa servida y en el centro de la misma, como plato principal, habia un perro, pero estaba vivo. Estaba frito de la mitad del cuerpo para abajo, pero se encontraba acostado como si nada. Lo toqué en la parte donde estaba frito y no gritó, y al tacto parecia maquillaje de cine. En eso escucho que se acerca gente (supuse que para comerse al perro), entonces para ayudarlo lo que hice fue empezar a "desparramar" al perro por todos lados. Si, era asi: el perro estaba enterito, pero en cuanto lo tocaba era como si se tranformara en carne picada o algo asi. Pese a que el perro se estaba deshaciendo en ningun momento lloro de dolor, y yo sentia que asi realmente lo estaba ayudando. Despues me desperte, y no tengo idea qué paso.

Chenzo

23/6/09

sueño IX

Estoy haciendo las compras en mi barrio.Llevo una bolsa de esas de arpillera (como las de antes),de color rosa. Entro en una verdulería y, sin que pida nada, un verdulero con delantal verde, se me acerca y mirándome muy sugerente, me abre la bolsa y comienza a guardar en ella diversos vegetales que yo no había pedido. Para mi sorpresa, esa compra que el verdulero me estaba "obligando" a hacer era un mensaje cifrado que yo entendí perfectamente: Martiniano Molina (sí!!! el cocinero de la tele!!!!) me decía a través de inimaginables combinaciones de verduras y frutas de estación que le mienta a mi marido y me vaya a pasear con él en velero por el río de la Plata. Todo esto ocurre sin cruzar palabra alguna. Me retiro consternada de la verdulería pensando en esa invitación y en el camino a mi casa me encuentro con mi hermana. Mientras ella me saluda, me pongo nerviosa y trato de esconder mi bolsa de compras llena de las pecaminosos vegetales, así es como, en vez de hacerlas pasar desapercibidas, provoco justo el efecto contrario: mi hermana dirige sus ojos a mi "bolsa de los mandados" y luego a mí, con mirada acusadora: ella también había entendido aquel misterioso mensaje cifrado y se aleja de mí indignada por mi falta de moral...

Andrea

19/6/09

sueño VIII

Última estación

Vamos de mochileros. dos chicos y otra chica además de mí. Obligadas mochilas aparatosas de campamento, con la bolsa de dormir arrollada arriba. Caminamos mucho ese día. No conseguimos a nadie que nos lleve según parece. Nos pesan las piernas y los párpados ahora que se hizo de noche. Sin embargo hay como una claridad de luces ocultas. Armamos las bolsas al lado de la vía. No creo que a esta hora pase el tren ¿Hacemos fuego? No hace falta, el calor de la bolsa es suficiente para reconfortarme. Empiezo a dormitar. Entonces un ruido nos despierta. El suelo nos vibra y sabemos que tenemos poco tiempo. Salimos de las bolsas, agarramos las mochilas y empezamos a correr para escapar del tren que se nos viene. Primero, todavía torpes y dormidos, corremos siguiendo las vías. Por fin alguien en un rapto de lucidez, comienza a correr hacia el costado y lo seguimos.

Las mochilas nos pesan, las piernas nos pesan, el vértigo nos pesa y nos agita, especialmente ahora que notamos que tenemos que seguir corriendo porque hay una, dos, tres, seis, doce vías y de todas ellas bocinas de trenes nos acechan desde los lados.

Es una estación: mi conciencia me regala esa vista panorámica. Incluso hay un puente de peatones y gente esperando en los andenes. No estamos lejos de ellos, pero antes de poder alcanzar su seguridad quedamos en medio de dos de aquellas furias de metal, rugientes, feroces, imponentes. El aire se embolsa por la velocidad de los dragones y su fuerza similar a la de edificios que colapsan. El viento se violenta y se arremolina, nos envuelve como un golpe irrefrenable que quiere arrastrarnos por mucho que queramos aferrarnos al piso. El viento triunfa, el viento me ahoga en un abrazo adrenalínico y al fin abro los ojos, temerosa de la oscuridad.


Jesica

18/6/09

sueño VII

Témperley tiene río, como Quilmes, aunque nunca estuve en el río de Quilmes. Es verano y estoy con los pibes jugando al vóley en un balneario. También está ella.

Con una resignación más cercana a la curiosidad que a la indiferencia todos esperamos una inundación. Ninguno de nosotros había visto nunca una inundación. La gente no hablaba de otra cosa, todos estaban expectantes, hasta impacientes porque empiece de una vez a llover.
Nosotros seguíamos jugando en la playa, íbamos a esperar que cayeran las primeras gotas para irnos a un lugar más alto para ver de cerca como poco a poco se inundaba todo. Pero el agua no vino desde el cielo.



Yo había ido a buscar una pelota que se fue larga y al levantar la cabeza ví que en el horizonte, todavía lejos, todavía azul y hermosa, una ola gigante se apuraba por llegar a la costa.
Todos empezamos a correr tierra adentro. No hay miedo, uno queda fascinado por la fuerza descomunal de la naturaleza. La energía del aire electriza la parte de afuera de la piel. Uno adentro se sabe otra cosa, más apagada, menos vibrante que el viento que ya empieza a arrancar carteles, a limpiar las calles.
Corro con Celeste tomada de la mano y la ola ya llegó a la costa. Destroza todo: las casas, los autos. Pero a la gente no le hace nada. El agua, que en las paredes llega hasta las ventanas del tercer piso, en ningún momento supera la altura de las rodillas de los que corremos por la calle. Por todas partes se ven esqueletos de autos y de peces arrastrados por la corriente, es filosa la inundación.


Vos y yo seguimos tomados de la mano, hablamos a los gritos y tu voz me llega de muy lejos, tapada por el ruido de las olas golpeando las cosas, las sirenas, las risas y bocinas de la gente. Pero es tu voz, por sobre todos los sonidos del mundo es tu voz. Doblamos en una esquina y empezamos a pisar pasto, dejando esa tormenta atrás. De frente tenemos el puente viejo que está sobre 25 de Mayo, a la derecha la vía y a la izquierda unas casitas. En la puerta de una de las casas un viejo parece estar juntando ramas.



Caminamos hasta el final de la calle, está bloqueada por un cerco que une el piso con la panza del puente. El cerco está cubierto por unas enredaderas con flores blancas, de pétalos carnosos y perfume embriagador. Empezamos a trepar para subir al puente, pero al llegar a la mitad, el perfume de las flores nos emborracha y no podemos seguir porque nos da un ataque de risa. Bajamos y después de mirarnos fijo un rato nos ponemos serios.

Retrocedemos y nos acercamos al viejo. Está sentado en un banquito petiso y delante de él hay dos montículos, son unos bizcochuelos de tierra muy prolijos: en la cara superior del primero está incrustado el esqueleto de un gato. Los huesos están dispuestos de tal manera que recuerdan un símbolo astrológico. Alrededor de este montículo el viejo enciende unas velas de colores y quema incienso. A un costado, entre el primer y segundo montículo, hay una botella de vidrio violeta. Por momentos, la botella está rota.

En la tapa del segundo montículo hay un esqueleto de bebé, los huesitos ordenados con el mismo criterio que los del gato.

El viejo tiene barba bíblica, se parece a Marx y está vestido como un croto. Sus manos son enormes. Cuando habla, el sonido es profundo y cálido, tiene voz de volcán. Nos cuenta su historia:

El bebé era su nieto. Él lo tenía a upa, lo estaba acunando en sus brazos cuando el gato volteó con su cuerpo la botella que contenía benzina. Al romperse, estalló y el fuego consumió al gato y al bebé, pero no le hizo nada al viejo.

Le pregunto por qué le ponía más atención al montículo del gato que al del nene.

El viejo me contesta:

- Porque velo lo que respeto- extiende un brazo sobre el montículo del nieto y abre la mano.
- Y guardo lo que quiero- de la mano del viejo empiezan a llover granos de café que cubren el montículo hasta esconderlo para siempre.


Gus

13/6/09

sueño VI

Mi vieja como desnuda, pero sin partes sexuales, como un todo de piel, vello pùbico negro y su cabello rubio, mi cara se acerca al vello púbico, que crece se mete en mi boca, se cuela en esos espacios chiquitos entre diente y diente, y tira.


Francisco I

sueño V

Estaba en mí presente la sensación de que ya había pasado todo un largo torneo inmemorial.
Apenas sí puedo entrever la circunstancia del desarrollo de ese partido, pero sé que era la final. Había hinchada, no la recuerdo pero había. Vívidos están en mi mente la pelota, el arquero, el penal a favor en el último minuto, y yo. Si lo metía ganábamos todo. De muy lejos, mientras me perfilaba y miraba a los ojos al oponente de guantes blancos y buzo verde demasiado fuerte, se escuchaba una respiración profunda que no tenía mucho que ver con la situación, "debe ser la mía, que ya no la escucho de tanta emoción" (como siempre tenía que encontrarle un sentido a todo, también en los momentos más intensos).
Hasta que el arquero y todo lo demás desaparecieron, fuimos la pelota, yo y la respiración. Ahí vinieron a mi recuerdo los consejos de Maradona y todos mis amiguitos de la primaria y secundaria (que aparecieron por la hinchada cuando los recordé), todos decían "no importa adónde vaya la pelota, ¡pegale fuerte!". Apreté los dientes con el odio que les tenía a esas gentes por decirme como tenía que hacerlo, y patié el maldito esférico. No vi más nada, sólo la red inflándose, grité el gol con desprecio a todos los imbéciles que lo creían imposible.
De repente, mientras festejaba y les hacía "sh" a la hinchada contraria, que se vino abajo porque el estadio estaba superpoblado, el pie empezó a doler, y unos gritos de mujer hacían un eco cada vez más intenso en las inmediaciones del estadio Amalfitani. Cosa de un segundo. Todo fue desapareciendo, volviéndose sombra, y abrí los ojos mientras mi boca gritaba ¡gol!, y vi a mi novia cómo se retorcía de dolor y se agarraba la pierna. No entendí, y seguí festejando cinco minutos más.

Nicolás te titulo

7/6/09

sueño IV

(A propósito del gusano de luz de Lautréamont)

La habitación empapelada en bibliotecas, y en el medio una mesa. Sobre la mesa, un libro, sobre el libro, un gusano. Alimentándose del libro, el gusano pasa de ser diminuto a ser gigante. Extraño en mí: no me resulta desagradable. Su color es violeta oscuro luminoso, y no segrega babas horribles.
Mi hermano, entonces, enarbola un martillo y redundantemente lo amartilla a la mitad para matarlo. Como buen gusano, comienza a regenerarse: cada parte de su cuerpo es un nuevo gusano, pero lo hace tan lentamente que creo que comenzamos a aburrimos y perdemos todo interés en el tema. Es así que una parte del gusano se nos escapa de la vista y parece que se sube por alguna pared hasta perderse en algún rincón estratégico. Mi hermano le resta importancia a la cuestión, y confía en que se lo comerá alguna rata...

El gusano no era grande como una casa, pero era bien bien grande: debía medir en largo 5 veces yo y en ancho 3 yoes...

Zaza

1/6/09

sueño III

Hay una reunión festiva en mi residencia, me encuentro con Telma, una ex amante que presentaba un cuadro de Dalí. Telma, se queja de dolor de ovarios, estómago y hace muecas. En la recepción está presente un marino, quien examina a Telma y le dice que es histriónica y le explica que esto se debe a que un amigo mio se la puso (la inyección) con la jeringa sin esterilizar.


JA Viena
(viejo sueño soñado hace tantos años que ya se deformó el recuerdo)

30/5/09

sueño II

Esta noche soñé con vos
Y aunque nos deseábamos mutuamente
solo podíamos rehacernos en un tacto tímido y casual.

La noche se me hizo
De bosques verdes y espinosos árboles
Que nos proponían
Un desencuentro amoroso
(vos, que querías ir a bailar
yo, que no encontraba mis zapatillas)
y me latías ajeno lejano extasiado
en la música que no compartimos.


SAN*

27/5/09

sueño I

Estoy en Saavedra y Humberto Primo, San Cristobal, barrio de mis amores.
Es tarde, llegando la noche.
Estoy trepando, haciendo acrobacias entre las rejas negras de una ventana, mientras hablo con un grupo de hombres. Ellos son grandes, yo soy chica.
Con un salto, me desprendo de las rejas y me acerco a la calle. Me froto los ojos que repentinamente se escapan de las cuencas y caen al piso.
Los hombres me ayudan a buscarlos.
Los encuentro en la calle, junto al cordón. Los ubico donde corresponde.
Ya es de noche.
Me vuelvo caminando a casa.

Zaza