19/10/09

sueño XVIII

Estoy cantando con cuatro personas (que van cambiando cada vez que las miro), sentados en un sillón, una versión rockera de Inconciente Colectivo; yo canto mal, tímido, se entrecortan las notas, quiero y no puedo cantar. Me miran mal, “arruinaste la grabación”, pienso que piensan de mí. Luego miro a la ventana, estoy en el departamento de unos tíos. Hay bandadas de pájaros, alguien les tira fuegos artificiales y cada uno de ellos muere o desaparece con cada estrellita que se abre.



Luego estoy en la calle y una chica (que conocí hace mucho tiempo en la realidad) se retuerce en el piso, la gente la rodea, creo que es epilepsia pero dice “me voy a morir, me voy a morir”. “Lo que tenés es un ataque de pánico, tenés la sensación de que te vas a morir, pero no va a pasar” , le digo, trato de calmarla, pero no lo logro, empieza a soltar espuma espesa, la pierna izquierda se le achica. Sé que va a ser peligrosa, que algo se está gestando ahí. Al instante estamos otra vez en el departamento, voy por un pasillo hasta la habitación donde ella estaba recostada, hay otra persona que la cuida adentro. Cuando casi llego al umbral veo cómo ella pasa y con una capucha puesta, acuchilla al otro/a. Hay fuego. Un compañero del Joaquín aparece y me dice “esto es una manifestación onírica de un mensaje satánico”. (Sé que sueño pero no puedo parar). Yo, el primero en enterarme de que la chica empezó a matar gente, corro y grito “¡guarda, guarda!”, hay muchísimos en el living, era una fiesta con globos; todos gritan detrás de mí. Voy a abrir una puerta (ahora es de la casa de mi abuela) para escapar, aunque sé que hay algo terrible del otro lado. Antes de llegar a la manija un chico, no sé quién, me sube una capucha igual a la de la asesina. Voy a abrir la puerta, y justo ahí, sonó el (¿afortunado?) despertador a las 9 en punto.


Nicolás

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