No sé qué venía soñando... pero cuando sonó el despertador, salté de la cama, y antes de apagarlo, tuve la imperiosa necesidad de tocar madera...
Cuando caí en lo que estaba pasando, me dio un toque de miedito...
zaza
(pavariá)
14/9/10
30/8/10
el elefante bebé
Hay una compañera del profesorado donde curso que al principio me costaba identificar. Ella me saludaba siempre, pero por alguna razón me costaba retener su rostro y la mezclaba siempre con el rostro de todos los desconocidos que se cruzan a diario. Un día le expliqué que soy despistado, que no se lo tome a mal.
El sueño comienza cuando visito la casa de esta chica, una casa muy espaciosa y moderna donde predominaban los colores claros. Seguramente era el mes de diciembre porque había un arbolito de navidad como sucede en los hogares bien constituidos (en el mio jamás hubo), pero lo que más me llamó la atención fue el elefante bebé que esta familia tenía al lado del sofá.
El animal tenía el tamaño de un pequeño mueble, quizá no coincida con el verdadero tamaño de un elefante bebé, pero este detalle no cuenta. Estaba abrigado con un sweater blanco tejido a mano y un gorrito para el frío. Era diciembre dije... se ve que lo asocié con las familias americanas de las películas, esa es la razón por la cual debería hacer frío.
Me sorprendió el hecho de que tuvieran semejante mascota, entonces le pregunte a alguien que podría ser la madre de mi compañera. Pensaba en que es lo que iba a suceder con el animal cuando crezca, tanto espacio no había.
La mujer respondió:
-Ya sé que tener un elefante es difcil, pero pobre, desde que murió su padre no podemos otra cosa.
-¿Murió el padre? -me pregunté-. ¿El de mi compañera? ¿El padre del elefante?
No me animé a sacarme la duda. No me gusta reanimar el dolor de la gente.
Por fin mi compañera se unió y con ella estaba otro compañero nuestro. Nos invita a jugar a un videojuego para pasar el tiempo. Se trataba de un simulador virtual de un safari, donde entre otras cosas había que cazar elefantes.
Mis compañeros jugaban emocionados, yo recordaba un cuento que había leído hace algunos años titulado "La Sabana". No recuerdo el autor pero había un simulador semejante donde los animales se volvían reales y devoraban a los padres del niño que jugaba.
El elefante bebé había salido de este simulador, había quedado huerfano y como para pagar sus culpas la familia de mi compañera lo habían adoptado.
Fin del sueño
Guillermo
El sueño comienza cuando visito la casa de esta chica, una casa muy espaciosa y moderna donde predominaban los colores claros. Seguramente era el mes de diciembre porque había un arbolito de navidad como sucede en los hogares bien constituidos (en el mio jamás hubo), pero lo que más me llamó la atención fue el elefante bebé que esta familia tenía al lado del sofá.
El animal tenía el tamaño de un pequeño mueble, quizá no coincida con el verdadero tamaño de un elefante bebé, pero este detalle no cuenta. Estaba abrigado con un sweater blanco tejido a mano y un gorrito para el frío. Era diciembre dije... se ve que lo asocié con las familias americanas de las películas, esa es la razón por la cual debería hacer frío.
Me sorprendió el hecho de que tuvieran semejante mascota, entonces le pregunte a alguien que podría ser la madre de mi compañera. Pensaba en que es lo que iba a suceder con el animal cuando crezca, tanto espacio no había.
La mujer respondió:
-Ya sé que tener un elefante es difcil, pero pobre, desde que murió su padre no podemos otra cosa.
-¿Murió el padre? -me pregunté-. ¿El de mi compañera? ¿El padre del elefante?
No me animé a sacarme la duda. No me gusta reanimar el dolor de la gente.
Por fin mi compañera se unió y con ella estaba otro compañero nuestro. Nos invita a jugar a un videojuego para pasar el tiempo. Se trataba de un simulador virtual de un safari, donde entre otras cosas había que cazar elefantes.
Mis compañeros jugaban emocionados, yo recordaba un cuento que había leído hace algunos años titulado "La Sabana". No recuerdo el autor pero había un simulador semejante donde los animales se volvían reales y devoraban a los padres del niño que jugaba.
El elefante bebé había salido de este simulador, había quedado huerfano y como para pagar sus culpas la familia de mi compañera lo habían adoptado.
Fin del sueño
Guillermo
24/8/10
Salgo de un negocio y ¡zaz! me percato de que estoy con el torso desnudo. ¡Horror horror horror!
Un destello de lucidez llega a mí: esto no es normal. Por lo general me fijo bien eso de vestirme antes de salir. Aunque un leve deja-vù viene a mí (no es exactamente un deja vù, yo no tengo deja vùs, es mi error de matrix): ¿cuándo osé caminar desnuda por la calle? ¡En sueños! Y ahí me alivio: estoy soñando, es decir, soy consciente de que estoy soñando.
Entonces, ya con ropa soñada para la ocasión, decido hacer uso de mi capacidad de raciocinio en medio de un sueño. Tomo, por tanto, una nuez y la mastico (aparentemente, me inquieta cómo será soñar masticar una nuez...)
Es difícil. Siento cómo cruje la nuez entre mis dientes delanteros, hago muecas en el sueño y presiento que debo estar haciendo muecas en el mundo de la vigilia, más ridículas aún teniendo en cuenta que no existe tal nuez allí.
De repente, aparece mi padre en escena. Veo que mira extrañado cómo gesticulo y muevo mi cara. Supongo que estamos en el mundo de la vigilia, por lo que le explico "estoy intentando ver cómo es soñar masticar una nuez", lo que no parece convencerlo de que lo que estoy haciendo tenga sentido...
Despierto repentinamente. Una pena, quería seguir intentando manipular mi sueño...
zaza
Un destello de lucidez llega a mí: esto no es normal. Por lo general me fijo bien eso de vestirme antes de salir. Aunque un leve deja-vù viene a mí (no es exactamente un deja vù, yo no tengo deja vùs, es mi error de matrix): ¿cuándo osé caminar desnuda por la calle? ¡En sueños! Y ahí me alivio: estoy soñando, es decir, soy consciente de que estoy soñando.
Entonces, ya con ropa soñada para la ocasión, decido hacer uso de mi capacidad de raciocinio en medio de un sueño. Tomo, por tanto, una nuez y la mastico (aparentemente, me inquieta cómo será soñar masticar una nuez...)
Es difícil. Siento cómo cruje la nuez entre mis dientes delanteros, hago muecas en el sueño y presiento que debo estar haciendo muecas en el mundo de la vigilia, más ridículas aún teniendo en cuenta que no existe tal nuez allí.
De repente, aparece mi padre en escena. Veo que mira extrañado cómo gesticulo y muevo mi cara. Supongo que estamos en el mundo de la vigilia, por lo que le explico "estoy intentando ver cómo es soñar masticar una nuez", lo que no parece convencerlo de que lo que estoy haciendo tenga sentido...
Despierto repentinamente. Una pena, quería seguir intentando manipular mi sueño...
zaza
3/6/10
Historia de fantasmas
Constanza, una antigua novia me pide que la acompañe al baño porque le teme a un fantasma que dice haber visto. Se trata de una persona que rara vez tengo en la mente, fue novia en la adolescencia hace unos 20 años y realmente no es alguien que esté muy presente. No obstante, no me extraña demasiado su pedido, pues en ese entonces y dadas las circunstancias, era común que yo tomara una actitud "proteccionista" o que ella esperara de mi que le resolviera o ayudara con cualquier dificultad.
En el sueño, Constanza sigue siendo una adolescente de 15 años, pero yo soy el actual adulto.
La acompaño como quien acompaña a un niño, con la resignación y la tranquilidad de que solo lo hago para demostrarle que los fantasmas no existen.
Ella se sienta en el inodoro para orinar y yo le doy la espalda como para respetar su intimidad. Nada malo puede pasar.
Desde la oscuridad, mas precisamente del interior de la bañera aparece un rostro cadvérico, espectral. Aullaba.
Era mi bisabuela, pero no como la conocí en alguna foto grisada y polvorienta, sino totalmente deforme como el presentador de Historias de la Cripta, un programa que recuerdo que mirabamos juntos en ese entonces.
Siento miedo, pero igual la enfrento, pues debía proteger a mi ex novia. Mis pensamientos fueron de negación inmediata, como si lo que veía no podía ser verdad.
En algo que duró solo un segundo, pude ver sus brazos retorcidos y deformes. Flotaba en el aire y se arrojó hacia mi como una bestia a su presa. No tuve ni tiempo de decir una palabra.
Sentí como un viento al tomar contacto con el fantasma y desperté.
Estaba muerto de miedo y totalmente sorprendido por lo soñado.
No soy de tener pesadillas. Esa vieja de los retratos siempre me causó algo de rechazo, pero nunca la había incoporado al sueño.
Miré el reloj, faltaban 5 minutos para las seis. ¿Qué le habrá pasado a Constanza? Podría llamarla a ver si está bien. No lo hice, y además no tengo su número.
Decidí levantarme y no me quedaba más remedio que ir al baño, pero seguía con miedo.
Asi que me las ingenié para orinar sin mirar ni la bañera ni tampoco el espejo. Siempre me daba algo de miedo los espejos de chico, pensaba que un día mi propia imagen podía dejar de corresponderme y convertirse en otra cosa, o quizá atacarme.
Desayuné y el miedo se fue yendo de a poco a lo largo del día.
Guillermo
En el sueño, Constanza sigue siendo una adolescente de 15 años, pero yo soy el actual adulto.
La acompaño como quien acompaña a un niño, con la resignación y la tranquilidad de que solo lo hago para demostrarle que los fantasmas no existen.
Ella se sienta en el inodoro para orinar y yo le doy la espalda como para respetar su intimidad. Nada malo puede pasar.
Desde la oscuridad, mas precisamente del interior de la bañera aparece un rostro cadvérico, espectral. Aullaba.
Era mi bisabuela, pero no como la conocí en alguna foto grisada y polvorienta, sino totalmente deforme como el presentador de Historias de la Cripta, un programa que recuerdo que mirabamos juntos en ese entonces.
Siento miedo, pero igual la enfrento, pues debía proteger a mi ex novia. Mis pensamientos fueron de negación inmediata, como si lo que veía no podía ser verdad.
En algo que duró solo un segundo, pude ver sus brazos retorcidos y deformes. Flotaba en el aire y se arrojó hacia mi como una bestia a su presa. No tuve ni tiempo de decir una palabra.
Sentí como un viento al tomar contacto con el fantasma y desperté.
Estaba muerto de miedo y totalmente sorprendido por lo soñado.
No soy de tener pesadillas. Esa vieja de los retratos siempre me causó algo de rechazo, pero nunca la había incoporado al sueño.
Miré el reloj, faltaban 5 minutos para las seis. ¿Qué le habrá pasado a Constanza? Podría llamarla a ver si está bien. No lo hice, y además no tengo su número.
Decidí levantarme y no me quedaba más remedio que ir al baño, pero seguía con miedo.
Asi que me las ingenié para orinar sin mirar ni la bañera ni tampoco el espejo. Siempre me daba algo de miedo los espejos de chico, pensaba que un día mi propia imagen podía dejar de corresponderme y convertirse en otra cosa, o quizá atacarme.
Desayuné y el miedo se fue yendo de a poco a lo largo del día.
Guillermo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)